jueves, 14 de noviembre de 2013

Credo de Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco

 
Quiero creer en Dios Padre, que me ama como un hijo, y en Jesús, el Señor, que me infundió su Espíritu en mi vida para hacerme sonreír y llevarme así al Reino eterno de vida.
 
Creo en la Iglesia.
 
Creo que en la historia, que fue traspasada por la mirada de amor de Dios y en el día de la primavera, 21 de septiembre, me salió al encuentro para invitarme a seguirle.
 
Creo en mi dolor, infecundo por el egoísmo, en el que me refugio.
 
Creo en la mezquindad de mi alma que buscar tragar sin dar…, sin dar.
 
Creo que los demás son buenos y que debo amarlos sin temor y sin traicionarlos nunca buscando una seguridad para mí.
 
Creo en la vida religiosa.
 
Creo que quiero amar mucho.
 
Creo en la muerte cotidiana, quemante, a la que huyo, pero que me sonríe invitándome a aceptarla.
 
Creo en la paciencia de Dios, acogedora, buena, como una noche de verano.
 
Creo que papá está en el cielo, junto al Señor.
 
Creo que el padre Duarte está también allí, intercediendo por mi sacerdocio.
 
Creo en María, mi Madre, que ama y nunca me dejará solo.
Y espero en la sorpresa de cada día en que se manifestará el amor, la fuerza, la traición y el pecado, que me acompañarán siempre hasta ese encuentro definitivo con ese rostro maravilloso que no sé cómo es, que le escapo continuamente, pero quiero conocer y amar. Amén.
 
Fuente:  Revista Ecclesia (http://goo.gl/QZQ9FF)
 

sábado, 9 de noviembre de 2013

"Somos responsables de nuestras propias palabras y actos"

Cambiemos esos paradigmas que nos mantienen limitados, somos responsables de nuestra forma de actuar y pensar... el momento de empezar es ahora!
 


jueves, 19 de septiembre de 2013

El buscador de Jorge Bucay

Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como un buscador…

Un buscador es alguien que busca; no necesariamente alguien que encuentra.  Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda. 

Un día, el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Había aprendido a hacer caso riguroso de estas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo. Así que lo dejó todo y partió. 

Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó, a lo lejos, Kammir, Un poco antes de llegar al pueblo, le llamó mucho la atención una colina a la derecha del sendero. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores. La rodeaba por completo una especie de pequeña valla de madera lustrada.

Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar.

De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en aquél lugar.

El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles.

Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de aquel paraíso multicolor.

Sus ojos eran los de un buscador, y quizá por eso descubrió aquella inscripción sobre una de las piedras:

Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días

Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que aquella piedra no era simplemente una piedra: era una lápida.  Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en aquel lugar.

Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla.  Decía:

Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas

El buscador se sintió terriblemente conmocionado.

Aquel hermoso lugar era un cementerio, y cada piedra era una tumba.

Una por una, empezó a leer las lápidas.

Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto.  Pero lo que lo conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los once años…

Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.

El cuidador del cementerio pasaba por allí y se acercó.

Lo miró llorar durante un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
-No, por ningún familiar —dijo el buscador—. ¿Qué pasa en este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que les ha obligado a construir un cementerio de niños?
El anciano sonrió y dijo:
- Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré…:

“Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta como esta que tengo aquí, para que se la cuelgue al cuello. Es tradición entre nosotros que, a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella:

A la izquierda, qué fue lo disfrutado.  A la derecha, cuánto tiempo duró el gozo.

Conoció a su novia y se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana? ¿Dos? ¿Tres semanas y media…?
Y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso…¿Cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana?
¿Y el embarazo y el nacimiento del primer hijo…?
¿Y la boda de los amigos?
¿Y el viaje más deseado?
¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano?
¿ Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones?
¿Horas? ¿Días?

Así, vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos… Cada momento.

Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es para nosotros el único y verdadero tiempo vivido.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

"Un día lluvioso"

 
El cielo derrama sus lágrimas sobre nosotros,
el cielo está triste...
 
¿Por qué está triste el cielo? 
Será quizás que cansado está de la injusticia
y el mal que en el mundo existen? 
El cielo está triste...
 
Y las gotas caen en un día lluvioso mojándolo todo,
el cielo oscuro se pone y derrama sus lágrimas sobre nosotros,
y nos cuenta su agonía en cada gota que derrama,
y su melancolía trasciende más allá de la tierra mojada,
llegando hasta nosotros,
y es que el cielo llorando está,
triste se encuentra una vez más.
 
Mara Wolf

lunes, 1 de abril de 2013

"El café pendiente"

"Entramos en un pequeño café, pedimos y nos sentamos en una mesa. Luego entran dos personas:

- Cinco cafés. Dos son para nosotros y tres "pendientes".
... Pagan los cinco cafés, beben sus dos cafés y se van.
 
Pregunto:
- ¿Cuáles son esos “cafés pendientes”?
Me dicen:
- Espera y verás.
 
Luego vienen otras personas. Dos chicas piden dos cafés, pagan normalmente.
Después de un tiempo, vienen tres abogados y piden siete cafés:
- Tres son para nosotros, y cuatro “pendientes”.
Pagan por siete, se toman los tres y se marchan.
 
Después un joven pide dos cafés, bebe sólo uno, pero paga los dos.
 
Estamos sentados, hablamos y miramos a través de la puerta abierta la plaza iluminada por el sol delante de la cafetería. De repente, en la puerta aparece un hombre vestido muy pobre y pregunta en voz baja:
- ¿Tienen algún "café pendiente"?

Este tipo de caridad, por primera vez apareció en Nápoles.  La gente paga anticipadamente el café a alguien que no puede permitirse el lujo de una taza de café caliente. Allí dejaban en los establecimientos de esta manera no sólo el café, sino también comida.  Esa costumbre ya ha salido de las fronteras de Italia y se ha extendido a muchas ciudades de todo el mundo...
 
Ojalá todos pudieramos seguir este ejemplo y dejar un "café o una comida pendiente" para alguien que la necesita.  No descuides la caridad, que es la máxima expresión del amor, a veces mientras más racionalizamos la acción de dar, buscando excusas para no hacerlo, menos sensibles nos volvemos a las necesidades ajenas, estamos en esta tierra para ayudarnos unos a otros, no lo olvides!

viernes, 22 de marzo de 2013

"Ojos tristes"

Ojos tristes de mirada serena,
quisiera poder aliviar tus penas,
alejar tristezas que sólo hacen mal.

Quisiera borrar esas profundas huellas
que oscurecen tus ojos,
antes llenos de brillo y de paz.

Si me dejaras ser quien las salve
de la inmensa soledad,
sería entonces luz para tus ojos,
y esperanza en tu mirar.

Mara Wolf
 

martes, 19 de marzo de 2013

La oración de los cinco dedos

El autor de esta linda oración que debo confesar no conocía hasta ahora, es el PAPA FRANCISCO, la cual escribió cuando era Obispo de Argentina, hombre sencillo, modesto y con una gran fe, aquí se las comparto:
 
1.  El dedo pulgar es el que está más cerca de ti.  Así que comienza orando por aquéllos que están más unidos a ti.  Son los más fáciles de recordar.  Orar por los que amamos es "una dulce tarea".

2.  El próximo dedo es el índice.  Ora por los que enseñan, instruyen y curan.  Ellos necesitan apoyo y sabiduría al conducir a otros por la dirección correcta.  Mantenlos en tus oraciones.

3.  El siguiente dedo es el más alto. Nos recuerda a nuestros líderes, a los gobernantes, a quienes tienen autoridad.  Ellos necesitan la dirección divina.

4.  El próximo dedo es el del anillo. Sorprendentemente, éste es nuestro dedo más débil. Él nos recuerda orar por los débiles, enfermos o atormentados por problemas.  Ellos necesitan tus oraciones.

5.  Y finalmente tenemos nuestro dedo pequeño, el más pequeño de todos. El meñique debería recordarte orar por ti mismo.  Cuando hayas terminado de orar por los primeros cuatro grupos, tus propias necesidades aparecerán en una perspectiva correcta, y estarás preparado para orar por ti mismo de una manera más efectiva.
 

lunes, 25 de febrero de 2013

"Los siete pasos para vencer el dominio del ego" por Wayne Dyer

1. NO TE SIENTAS OFENDIDO.

Lo que te ofende sólo contribuye a debilitarte.
 
Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontrarás cada dos por tres... Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra.

2. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE GANAR.

Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien más rápido, más joven, más fuerte, más listo y con más suere que tú. Tú no eres tus victorias.
 
3. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER RAZÓN.

Olvidarse de esto es como decirle a tu ego: "No soy tu esclavo". Pregúntale: "¿Quiero ser feliz o tener la razón?".

4. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE SER SUPERIOR.

La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento.

5. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER MÁS.

Por mucho que logres y adquieras tu ego insistirá en que no es suficiente.
Como dijo San Francisco de Asís: "...es en dar cuando recibimos".

6. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE IDENTIFICARTE CON TUS LOGROS.

Cuando te apegas a esos logros y crees que lo estás consiguiendo tú solo es cuando abandonas la paz.

7. LIBÉRATE DE TU FAMA.

La fama que tienes no está localizada en ti sino en la mente de los demás, por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella.

Si te preocupas demasiado por cómo te van a percibir las personas te habrás desconectado de la verdadera intención.
 

martes, 19 de febrero de 2013

Se necesita valor... de José Segú

"Se necesita valor... para ser lo que somos y no pretender aparentar lo que no somos;

Para vivir según nuestras convicciones;

Para vivir honradamente dentro de nuestros recursos y no deshonrosamente a expensas de otros;

Para decir rotunda y firmemente "NO", cuando los que nos rodean dicen "SI";

Para negarnos a hacer una cosa que es mala, aunque otros la hagan;

Para pasar las veladas en casa tratando de aprender;

Para huir de los chismes, cuando los demás se deleitan en ellos:

Para defender una persona ausente, a quien se critica con abuso;

Para ver en las ruinas de un desastre que nos mortifica, humilla y preocupa, los elementos de un éxito futuro;

Para ser verdaderos hombres o mujeres, aferrados a nuestros ideales, cuando esto nos hace parecer extraños o singulares;

Para guardar silencio en ocasiones en que una palabra nos limpiaría del mal que se dice de nosotros, pero perjudicaría a otra persona..."

Ten valor para hacer lo correcto, ser fiel a ti mismo, y vivirás con una conciencia tranquila y paz interior, que al final del día es lo importante!

Me concedo el permiso... de Jorge Bucay

1.- Me concedo a mí mismo el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar a que otro determine dónde yo debería estar o cómo debería ser.

2.- Me concedo a mí mismo el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.

3.- Me concedo a mí mismo el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.

4.- Me concedo a mí mismo el permiso de correr los riesgos que yo decida correr, con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.

5.- Me concedo a mí mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo, en lugar de esperar que alguien más me de el permiso para obtenerlo.


Concédete el permiso de ser esa persona que tienes derecho a ser, pero sin lastimar a nadie en el proceso, siendo conciente de tus actos y responsable de tus decisiones...

lunes, 18 de febrero de 2013

"Con el tiempo" de Jorge Luis Borges

Con el tiempo aprendes la sutil diferencia que hay entre tomar la mano de alguien y encadenar un alma.

Con el tiempo aprendes que el amor no significa apoyarse en alguien y que la compañía no significa seguridad.

Con el tiempo empiezas a entender que los besos no son contratos, ni los regalos promesas.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo te das cuenta que casarse solo porque "ya me urge" es una clara advertencia de que tu matrimonio será un fracaso.

Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que estan a tu lado, añoraras terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo ante una tumba, ya no tiene ningun sentido.

Pero desafortunadamente esto solo lo entendemos con el tiempo...

sábado, 16 de febrero de 2013

Un ángel en el parque

Había una vez una niñita sentada en un parque.  Todos le pasaban por el lado y nunca nadie se detenía a preguntarle que le ocurría. Vestida con un traje descolorido, zapatos rotos y sucios, la pequeña niña se quedaba sentada mirando a todo el mundo pasar. Ella nunca trató de hablar, no dijo una palabra.

Muchas personas pasaron pero nadie se detuvo. Al día siguiente yo decidí volver al parque a ver si la pequeña niña estaba ahí.

Sí, ahí estaba. En el mismo lugar en el que estaba ayer. Con la misma mirada de tristeza en sus ojos. Me dirigí hacía ella; al acercarme note que en su espalda había una joroba.

Ella me miró con una tristeza tan profunda que me rompió el alma. Me senté a su lado y sonriendo le dije:"hola". La pequeña me miró sorprendida y con una voz muy baja respondió a mi saludo.

Hablamos hasta que los últimos rayos de sol desaparecieron. Cuando solo quedábamos nosotros dos y la oscuridad alrededor, le pregunté por qué estaba tan triste.

La pequeña me miró y con lágrimas en los ojos me dijo: "Porque soy diferente".

Yo respondí con una sonrisa: "Lo eres".

Y ella dijo aún más triste: "Lo sé".

Yo le dije: "Pequeña, ser diferente no es malo. Tu me recuerdas a un Ángel, dulce e inocente".

Ella me miró, sonrió y por primera vez sus ojos brillaron con la luz de la alegría.

Despacio ella se levantó y dijo: "¿Es cierto lo que acabas de decir?".

"Sí", yo le respondí. "Eres como un pequeño Ángel guardián enviado para proteger a todos los que caminan por aquí".

Ella movió su cabeza afirmativamente y sonrió. Ante mis ojos algo maravilloso ocurrió. Su joroba se abrió y dos hermosas alas salieron de ahí.

Ella me miró sonriente y dijo: "Yo soy tu Ángel guardián".

No sabía que decir.

Ella me dijo: "Por primera vez pensaste en alguien mas. Mi misión está cumplida".

Yo me levanté y pregunté por qué nadie le había ayudado.

Ella me miró y sonriendo dijo: "Tú eres la única persona que podía verme". Y ante mis ojos desapareció.

Después de ese encuentro mi vida cambió dramáticamente. Cuando pienses que solo te tienes a ti mismo, recuerda que tu Ángel guardián está siempre pendiente de ti.

(Autor Desconocido)


Dios nos ha bendecido a todos con un compañero maravilloso para que nos acompañe a lo largo del camino de la vida, nuestro Ángel de la Guardia, cuya única misión es ayudarnos, él sólo está esperando que se lo pidamos, no desperdicies este increíble regalo.

jueves, 7 de febrero de 2013

"Hazme un instrumento de tu paz"

Cuando estaba en el colegio, me enseñaron una de las oraciones más sencillas y hermosas de las que puedo recordar, la recé a lo largo del tiempo mientras iba creciendo, y recientemente la he redescubierto, ahora ya siendo adulta puedo entender con mayor claridad el sentido y alcance de la misma, ser un instrumento de paz y llevar amor, luz, comprensión y alegría donde sea que uno se encuentre es de las cosas más poderosas que se pueden hacer, es un regalo, un don que todos deberíamos tener, aquí les comparto esta simple, pero profunda plegaria que transforma vidas:
 

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.

Que donde haya odio, ponga yo el amor.
Que donde haya ofensa, ponga yo el perdón.
Que donde haya discordia, ponga yo la unión.
Que donde haya error, ponga yo la verdad.
Que donde haya duda, ponga yo la Fe.
Que donde haya desesperación, ponga yo la esperanza.
Que donde haya tinieblas, ponga yo la luz.
Que donde haya tristeza, ponga yo la alegría.

Oh Señor, que no busque ser consolado, sino consolar,
que no busque ser comprendido, sino comprender,
que no busque ser amado, sino amar.

Porque es dando como recibo,
es olvidándome de mi mismo como me encuentro,
es perdonando, como soy perdonado,
y es muriendo en tí como nazco para la vida eterna.


(Autor desconocido, aunque se le atribuye a San Francisco de Asís)